Sonatas de un Pirata 3

Francisco salía de la sala en que acababa de tener una reunión junto a Antonio y José, quien a pesar de que sus heridas aun no sanaban del todo, ya podía caminar y solo llevaba aun su brazo vendado.  Francisco caminaba seriamente pensando en la recién acabada reunión y tal vez fue por eso que no vio a Manuel, que lo esperaba apoyado en la pared con los brazos cruzados.

- Te esperaba – murmuro Manuel sin mirarlo.

- Podemos hablar en otro momento, ahora estoy bastante ocupado – respondió Francisco sin detenerse.

- No, no podemos – Manuel lo miro fijamente, a pesar de que Francisco le daba la espalda.

- Bueno ¿Qué es lo que quieres? – pregunto molesto y sin mirarlo.
- Hablar sobre Rafa – Manuel se acerco a Francisco esperando tal vez que este se diera vuelta y le dijera algo.

- ¿De Rafa? – Francisco guardo silencio por un instante, en su rostro cierta expresión de preocupación se dibujo, sin que Manuel lo notara, ya que le daba la espalda. Sin embargo, trago saliva y torno una mirada fría, la cual dirigió a Manuel - ¿Qué pasa con Rafa? ¿Vienes acaso a reprenderme por algo?

- ¿Reprenderte? Vaya, al parecer estas al tanto – Manuel respondió la fría mirada de Francisco – entonces sabes que olvidaste tu cita con Rafael ¿no es así?

- No – respondió directamente Francisco con expresión seria – no la olvide

- ¿Estas diciendo que lo dejaste abandonado porque si? – No podía creer la respuesta acababa de oír.

- No he dicho eso, solo que no tengo tiempo para andar con jueguitos con Rafa – cruzo los brazos con ceño molesto – además ese es asunto mío, no tuyo…

- Rafa te espero todo el día...

- Tengo demasiada responsabilidades para preocuparme ahora por él - repondio molesto

- ¿Y acaso no es ser irresponsable, dejar a alguien esperandote, sin siquiera avisarle que no iras a la cita concertada? - Manuel lo miro seriamente.

- ¡Maldita sea! – Exclamo Francisco molesto dándole un puñetazo a la pared - ¡¿Qué sabes tu de la responsabilidad? ¡¡Pobre colonia que vive con la protección de Antonio!! ¡¡No sabes ni siquiera lo que es ser un Virreinato y tener estos problemas con estos piratas cabrones!! ¡¡¿Qué sabes tú de esto?!! – la expresión de Francisco se torno aun mas enfadada ante la fría mirada de Manuel - ¡¿Acaso crees que tengo tiempo para las pendejadas de Rafa?! ¿Quién con un mínimo de inteligencia no nota que con una porquería de comida al aire libre pueda ayudarme a mi?, si Rafa no se da cuenta, me importa una soberana mierda!!!

Manuel iba a decirle algo, pero la expresión de enfado de su rostro cambio súbitamente a una expresión de preocupación, Francisco noto que alguien estaba detrás suyo, y al voltearse vio a Rafa y Diego que acababan de escuchar todo. No supo que decirle a Rafa que lo miraba fijamente y sin expresión alguna, como si aun no asimilara lo que acababa de escuchar, Francisco finalmente movió la cabeza molesto y siguió su camino sin decirle nada. Pero antes de que se alejara mucho, escucho que Rafa le hablaba, se detuvo pero no volteo a mirarlo.

- Lo siento mucho… panch… Francisco, siento haberte molestado, te prometo que no lo volveré hacer… - por el tono de Rafa se notaba que estaba bastante afectado por lo que acababa de oír.

Los ojos de Francisco mostraron tristeza al escuchar estas palabras, pero cerro los ojos sacando fuerza y recordando las palabras de Antonio "Como Virreinato debes ser fuerte, poder sobrellevar los problemas pero ante todo nunca ser débil" y llorar, querer, amar eran sentimientos que él sentía que lo hacían débil, si debía sacrificar su especial relación con Rafa en pro de sus responsabilidades y crecimiento como Virreinato no debería dudar en hacerlo.

- Haz lo que te plazca – fue la respuesta fría de Francisco, quien se alejo caminando rápidamente antes de arrepentirse de lo que estaba haciendo.

Rafael observo a Francisco alejarse hasta que no lo vio mas, se sentía desolado, culpable a pesar de que nunca su intención fue causarles problemas a los demás. Sintió que Diego lo abrazaba suavemente.

- Che Rafita – señalo Diego – no te desanimes, tal vez panchito esta pasando por un momento complicado.

- Siento causarte esto – agrego Manuel acercándose – mi intención no era esta, no pensé que estabas aquí, si le dije a Diego que se quedara contigo… - miró a Diego algo molesto.

- No me mires así Manu – respondió Diego.

- Fue culpa mía – respondió Rafa – No quería que ustedes se pelearan por mi culpa… - bajo la cabeza y su triste mirada se detuvo en el piso.

- Pero no te desanimes – Manuel lo miro sonriendo suavemente – haz caso de lo que dijo este idiota – refiriendo a Diego – tal vez Francisco esta con muchas preocupaciones por ahora…

- ¿A quien llamas idiota?... boludo – Diego suspiro molesto.

- ¡¡Ya se!! – Exclamo Rafa – hay unas flores que le gustan mucho a Francisco, de seguro si en la mañana despierta y ve un ramo de esas flores, se pondrá muy contento, buscare Dalias ahora mismo.

- ¿Ahora mismo? Pero ya es tarde, ha oscurecido, es peligroso que salgas ahora Rafa – agrego Diego.

- No te preocupes – Rafa sonrió suavemente – se de un lugar en donde crecen muchas Dalias.

- Si quieres te acompaño, pero primero debo terminar de lavar los platos – suspiro Manuel – hoy es mi turno…

- No importa, iré ahora mismo y volveré luego – señalo Rafa emocionado imaginando la expresión de Francisco al despertarse y ver el ramo de Dalias en su velador.

Y claro al día siguiente Francisco tendría una sorpresa pero no la que le preparaba Rafa. Esa noche, La Luna iluminaba el oscuro campo, solo el ruido de los grillos alejaba el silencio de la noche. Rafa corría en dirección al campo ubicado a una corta distancia del sauce, cerca del lago, estaba seguro que ahí había visto varias Dalias de color rojo. Pero a lo lejos vio una figura que estaba parado sobre las flores pisoteándolas sin consideración.

- Disculpa – murmuro Rafa – estas pisando las flores….

- ¿Flores? – Respondió el individuo con gesto indiferente – vaya… con que una de las pequeñas colonias de Antonio – sonrió.

- ¿Quién eres? – retrocedió, presentía que aquel individuo era peligroso, pero no alcanzo a voltear y alejarse, de repente se vio en el suelo con las manos aprisionadas y con aquel desconocido encima suyo, que le apretaba las muñecas con una fuerte presión.

- Soy un pirata… - respondió – me llamo Arthur – y lo miro con expresión irónica – no te ha dicho mami Antonio que no salgas solo de noche – acerco su rostro al de Rafa haciéndolo sonrojar por la cercanía. – Ahora es demasiado tarde pequeño… demasiado tarde…